Decía Picasso que la inspiración llega después de muchas horas trabajando. Siempre que se trabaja y se ponen ilusión y ganas en lo que haces se suelen ver los resultados. Ayer la chavalería de Moskotarrak demostró que lo dicho no es ninguna teoría y su esfuerzo se vio recompensado con el premio a la mejor puesta en escena.
Con premios o sin ellos, estamos felices porque comprobamos que la ilusión, igual que la fe, mueve montañas. Y nosotros siempre estamos intentando mover montañas.
Moskotarrak konpartsaren izenean, ¡eskerrik asko!
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